La estudiante Iris Cedeño, ganadora de la corona del XII Festival Interuniversitario Meri Bä Nuäre 2024, manifestó a día a día varias experiencias y satisfacciones que le dejó este certamen, realizado en Llano Ñopo, Comarca Ngäbe Buglé, recientemente.
Esta joven, de 19 años de edad, compartió que fue la primera vez que la Universidad Especializada de las Américas (Udelas), con sede en Chichica, participaba de este concurso, que resalta las costumbres y tradiciones del pueblo ngäbe y buglé.
"Meyi Terabo", su nombre en lengua ngäbe, indicó que su pueblo natal es Cerro Gavilán, ubicado en el corregimiento de Diko, perteneciente al distrito de Munä. Esto significa que ella tiene que caminar dos horas y medias para llegar a punto donde puede abordar el transporte hacia Udelas-Chichica. Luego, hace un recorrido de media hora en auto. La barra, que fue muy numerosa, cada estudiante costeó sus propios gastos.
Una semana antes del concurso, la agenda fue muy apretada, fueron "días de locos", pero hoy suspira y recuerda que todo valió la pena. Como muchos otros grupos culturales, no contaban con fondos para invertir y destacarse, pero unieron esfuerzos y entre todos sus compañeros lograron una buena delegación, pese a que no tenían transporte y enfrentarse a carreteras en mal estado.
Cedeño cursa el segundo año de la Licenciatura Bilingüe Intercultural con especialización en Pedagogía. El día de esta entrevista no la pudo realizar en la mañana, pues se encuentra realizando una práctica en la Escuela de Alto Estrella donde atiende a unos 200 alumnos.
Su objetivo es que las actuales y futuras generaciones no pierdan la esencia de su lengua materna, ya sea en ngäbere o buglere. Además de fortalecer las costumbres y tradiciones, de tal manera que los alumnos se sientan orgullosos de ser indígenas y preservar todas las manifestaciones culturales con que cuentan.
Y ella pone el ejemplo. Tanto es así que durante el certamen, en la competencia de talentos, hizo una magistral presentación sobre la confección de la "chácara de pita", donde contó al público en detalle el trabajo que representa esta pieza fundamental y que debería lucir todo ciudadano de la comarca, pues además de ser una herramienta de mucha utilidad, les afianza su identidad cultural.
Este y otros temas, como embajadora cultural, pretende plantearlos a las autoridades y tomadores de decisiones en la Comarca Ngäbe Buglé.
Al expresar su agradecimiento, mencionó a Ariel Rodríguez, coordinador de Udelas-Chichica, quien estuvo allí incentivándola a llegar a hacer su presentación en nombre de la universidad.
Por otro lado, mencionó a su esposo Wilfredo Samudio, de quien dijo que fue su motivador personal, el traductor y quien la asesoró en su proyección para sus diversas presentaciones. En fin, con él trabajó cada detalle para hacer un buen trabajo ante los espectadores.
También agradeció al grupo de danzas que le acompañó, pues se lucieron y lo dieron todo hasta salir con ella cargada sobre los hombros del lugar del evento. Ahora bailaban con más fuerzas, pese a que el certamen tardó más de 12 horas.
Al día siguiente, cuando llegaron a Chichica, todavía hubo danzas en plena calle y se iban sumando más personas, pues la alegría de este grupo cultural era contagiante.
Ahora quedan retos por cumplir y la visión en la mente de que como embajadora cultural tiene que inculcar lo valioso con que cuenta su cultura comarcal por el bien de las presentes y futuras generaciones.